La felicidad se encuentra en ser, no en tener.

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La felicidad es una decisión.

Serás feliz si eliges agradecer por todo lo maravilloso que Dios te da.

Piensa en las inmensas riqueza que posees y no en lo poco que no tienes. Hacer esto da paz. Al concentrarte en lo que posees, descubres que eres un ser privilegiado, lleno de dones maravillosos.

La felicidad se relaciona con ser. El tener o el lograr no son verdadera causa de alegría. Cuando se compra un carro, se alcanza una meta, se toma licor en una fiesta, todo esto parece generar felicidad. Pero esta alegría es efímera. Es un espejismo. Pasa pronto, como el efecto de la droga.

La verdadera felicidad, tiene relación con la paz que proviene de una fuerte relación con Dios. Nace de la oración y la meditación. Es una actitud ante la vida, donde la verdadera riqueza está en ser y no en tener.

De hoy en adelante, recuerda que la felicidad es una cuestión de actitud.

Los más felices son aquellos que menos necesitan para disfrutar, agradecer y sonreír.

Ten metas, surge, progresa. Pero recuerda que la verdadera dicha proviene de la paz que se encuentra en Dios, en vivir una existencia amorosa, humilde y sencilla.

Sí en tu caminar por la vida creces, que bien, sí posees bienes, que alegría. Pero no centres tu felicidad en los bienes. Concentra tu alegría en el ser. En tu amistad con Dios. En la riqueza de compartir lo que posees y hacer felices a quienes te rodean.

Se feliz, vive feliz.

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