Anoche soñé que una mujer muy sabia me dio consejos sobre el arte de ser feliz. Me dijo que la felicidad se puede comparar con la presencia o ausencia de colores básicos en la vida. Las tonalidades o colores secundarios se desprenden de la presencia de los tres primarios.
De este consejo tan interesante, podemos deducir que nuestra vida es como una pintura. Si faltan los colores básicos, tendremos infelicidad. Si involucramos las áreas básicas, nuestra vida será equilibrada.
Para que una pintura se vea bien, debe tener equilibrio, armonía, los colores han de ser distribuidos adecuadamente, las formas poseerán sentido estético y la pintura en su conjunto ha de transmitir un mensaje muy agradable a la vista, al corazón y al intelecto. Así ocurre con los seres humanos. Generalmente son infelices porque no involucran los colores básicos o no saben combinarlos. Muchas veces existen desequilibrios, ausencia de luces o sombras y no tienen perspectiva o puntos de fuga.
Si deseas ser feliz, has de tu vida una obra maestra, llena de equilibrio, belleza, armonía y una sana mezcla y distribución de los colores básicos de la alegría.
Para ser feliz 